El rendimiento escolar en los alumnos - entran a clase a las nueve de la mañana, salen a dos y hay actividades extraescolares por la tarde- ha mejorado ligeramente y ha bajado el absentismo o las faltas/ausencias a clase en comparativa con el primer trimestre del pasado curso. La opinión de los padres, que también se ha recogido, es muy positiva, tal y como se desprende del cuestionario al que han respondido, y que se ha extendido a los profesores, al equipo directivo y al presidente de la Asociación de Padres de Alumnos (Apa).
Los colegios Nuestra Señora de la Paz de Alicante, el Azorín de Catral, Rajoletes de Sant Joan y Antonio Machado de Elda han sido los seleccionados en la provincia por Educación para que experimenten con este programa. De su evaluación dependerá, en gran medida, que el sistema acabe regulándose para que el cambio de horario pueda ser opcional para más centros el próximo curso, siempre que cuenten con el respaldo mayoritario de las familias.
Hay tres evaluaciones (una en Navidades, Semana Santa y final de curso) y en la primera de ellas ya se han notado mejorías, según explican desde las direcciones de los colegios. En el centro Nuestra Señora de la Paz, -donde hay matriculados 215 alumnos- «el nivel de satisfacción es elevado y más del 90% de las familias está encantado» con el cambio de la jornada, señala el director, José Luis López, quien añade que uno de los puntos que los padres valoran es no tener que realizar tantos desplazamientos al día para llevar y recoger a sus hijos.
En las evaluaciones y sus comparativas con respecto al primer trimestre del pasado curso se ha comprobado que el rendimiento entre los estudiantes es ya «ligeramente» superior y «no hay tal cansancio», afirma López, quien reconoce que el absentismo por las tardes también está mejorando -caso de familias de etnia gitana que van a trabajar a mercadillos y ya no volvían a llevarlos por las tardes-. En el Rajoletes de Sant Joan también manifiestan la satisfacción de los padres con el cambio al beneficiar las actividades familiares después del horario lectivo. El rendimiento académico -hay 502 alumnos- ha mejorado, la nota media ha subido un 0,15 respecto al pasado curso, y aunque en este centro la cifra del absentismo ya era de por sí baja, hay una percepción de más asistencia por la tarde en los niños de Infantil. Con el anterior horario, -el de las clases partidas- y entre los más pequeños, no siempre volvían todos a las aulas a las tres de la tarde aunque eran faltas que no se registraban como tal. «La percepción subjetiva es que se aprovecha más el tiempo; los padres no tienen que hacer tantos viajes y pueden comer en familia; además de la flexibilidad de horario que hay para la recogida», destaca la directora, María José Bravo. A las dos de la tarde, cuando termina el comedor escolar y también pueden recogerlos después de las actividades extraescolares.
Donde también están más que satisfechos es en el colegio Antonio Machado de Elda, que no cuentan con comedor. «Aquí también ha habido una mejoría del rendimiento, los alumnos no están tan cansados en clase como cuando venían a las tres de la tarde, tienen más tiempo para hacer los deberes y, sobre todo, los abuelos lo han notado porque no tienen que hacer tantos viajes para llevarlos y recogerlos al no tener comedor», explica su director, David Marhuenda, quien destaca que la demanda de familias para matricular en el centro desde que se supo que iban a aplicar la jornada continua ha subido un 10%. También hay menos faltas de asistencia.
El cuarto centro con la jornada continua es el centro Azorín de Catral, el más grande con 950 alumnos matriculados, y donde destacan que la organización por la tardes es mejor y los niños están «más contentos e integrados» porque con el anterior horario y a primera hora de la tarde, «siempre venían cansados, nerviosos y perdías tiempo resolviendo conflictos».
Una de las mejorías que se ha detectado en los colegios con la aplicación de la jornada continua es la asistencia a clase por las tardes. «En Infantil, los niños después de comer se dormían y algunos ya no venían», señalan. Ahora, con el cambio de horario, aplican en la mayoría dos sesiones de recreo para que descansen. El primero es de más tiempo y en el segundo, más corto, aprovechan para que los alumnos realicen un desayuno saludable y «se coman una pieza de fruta». Además, en algunos centros, como el Antonio Machado de Elda, matizan que en la última hora de clase, de una a dos de la tarde y cuando el estudiante ya ha realizado prácticamente toda la jornada, aprovechan para impartir asignaturas más lúdicas como inglés o educación física.
En todos los centros hay organizadas actividades extraescolares por las tardes. Este era uno de los requisitos exigidos por Educación para que pudiesen experimentar con la nueva jornada. Sin embargo, la realidad es que la asistencia a este tipo de actividades que ofertan no está siendo masiva.
En el colegio Nuestra Señora de la Paz apenas un 1% del alumnado acude a estas actividades que son libres y gratuitas. En el colegio Azorín, en el municipio de Catral, acuden 250 alumnos a estas actividades del total de 950 escolares matriculados. Y de ellos, cerca de 200 son niños que están en el comedor escolar.
«Es una educación a la carta», señalan en este centro al preguntar por la opinión sobre la jornada continuada. Y es que la flexibilidad de horarios en la recogida de los alumnos es una de las valoraciones destacadas.
La Verdad