Por este motivo quiero compartir con todos vosotros el reencuentro que los antiguos alumnos de la promoción del 78 del C.P. Emilio Castelar mantuvimos ayer sábado en un céntrico restaurante de Elda.
"Mis primeras palabras son de agradecimiento por invitarme a compartir este reencuentro. También quiero expresar mi reconocimiento a quienes lo organizaron que emplearon parte de su tiempo para concretar este anhelo que vimos cumplido ayer. Y como no a los compañeros y compañeras que, a pesar de vivir lejos de Elda, no dudaron en recorrer cientos de kilómetros para disfrutar de un día único.
El día único en el que, veintidós años después, un grupo de viejos nostálgicos nos reunimos para acordarnos de que tuvimos un bonito colegio, de que parece que es verdad que todo tiempo pasado fue mejor, de que sentimos que tenemos una deuda con aquel período de nuestra niñez en el que vivíamos confiados, desinformados, inocentes, optimistas y felices. De que tal vez esos fueron realmente los mejores años de nuestras vidas, aunque no lo sabíamos entonces.
Que en el fondo no hemos cambiado mucho. Que quisiéramos volver a vivir esos días y probablemente apreciaríamos mejor lo que tuvimos y que ya no volveremos a tener, pero que nos dejó un recuerdo imperecedero: NUESTRA AMISTAD. Esa que sólo se da con tanta pureza cuando se siente de verdad.
Hubo tiempo para las risas, la nostalgia por los que ya no están entre nosotros aunque siempre lo estarán en nuestros corazones, el reencuentro con los viejos amores de la niñez, el recuerdo hacia nuestros profesores que dejaron una profunda huella en todos y cada uno de nosotros, de las excursiones, de las riñas y de sus reconciliaciones, de las pequeñas batallitas, ...
Los años compartidos y vividos quedan en nuestras mentes y configuran, para cada una de nosotros, la experiencia de un periodo que ha sido vital en nuestras vidas para ayudarnos a ser las personas que actualmente somos.
Hemos recorrido caminos muy variados y diferentes en estos años, pero... ¿qué importa?. No son los caminos los que nos unen, sino el punto de partida – ese período de nuestras vidas que corrió en paralelo, durante el cual teníamos los mismos sueños, anhelos, preocupaciones y temores. Nos une haber sido alumnos del colegio Emilio Castelar."
Muchas gracias.
