En el pasado Consejo Escolar se aprobó la prohibición de traer zumos o batidos en tetrabricks por tres razones, su escaso valor nutricional, lo difícil que son su reciclaje y lo caro que son.
Por mucho que intentemos creer que un zumo en caja puede ser un equivalente a una pieza de fruta, no lo es y nunca lo será. Los zumos envasados promueven el sobrepeso y la obesidad debido al exceso de azúcar que contienen. Podríamos afirmar que los zumos son una mezcla de agua con azúcar, colorantes y conservantes. Para que te hagas una rápida idea de su escaso valor nutricional, un tetrabrick de zumo, aproximadamente unos 330 ml, contiene 35 gramos de azúcar. Lo equivalente a más de 4 sobres de azúcar.
Por otro lado, la complejidad de su estructura dificulta la separación total de sus componentes, por lo que el proceso de reciclaje es más complejo que el de otros materiales como el papel o el plástico. El Tetra Brick plantea preocupaciones ambientales debido a su compleja composición y a los desafíos asociados con su reciclaje. Cuando no se reciclan adecuadamente, estos envases pueden contribuir a la acumulación de residuos sólidos y a la contaminación del medio ambiente. En la actualidad, solo se recicla la capa de cartón del Tetra Brik, que representa alrededor del 75% del envase.
Por último, un pack de 6 tetrabicks de zumo suele oscilar entre los 2,50 y los 5 euros dependiendo las marcas, mientras que un kilo de manzanas, aproximadamente 5 piezas, nos costaría en el Mercado de San Francisco entre los 2 y los 4 euros, dependiendo de la variedad.